viernes, 30 de abril de 2010
El viaje de Tomás
El domingo 28 de marzo partí rumbo a Chile, a la Oficina Central, ya que tenía que ir para realizar mi inducción como Gerente. Dicha inducción consistió en reuniones con los distintos Directores de las áreas comerciales y hablamos de la actualidad de la oficina de Colombia y planificamos las distintas actividades que vamos a realizar este año. ¡ Realmente, todas fueron reuniones muy productivas ! .
Por otro lado, en el mismo sitio donde se encuentra la Oficina Central, está la oficina local de Un Techo Para Chile. Al llegar, fue sorprendente ver la cantidad de personas trabajando allí, y la profesionalidad con que lo hacían, en este momento tan especial por el que está atravesando el país.
El Techo asumió un rol protagónico en cuanto a la reconstrucción posterremoto. Hay cientos de voluntarios trabajando en la organización de las construcciones y miles de ellos participando de las mismas. El compromiso que pude ver de todos ellos me demostró cuánto se puede hacer cuando uno está convencido de lo que quiere. ¡En más de un mes construyeron 5.000 viviendas y en los próximos dos meses van a construir 15.000 más ! .
Lo mejor que me llevo de mi viaje a la Oficina Central, al margen de lo que fue concretamente mi inducción y conocer a mucha gente de distintos países trabajando por una Latinoamérica más justa, fue la demostración de que con compromiso y trabajo podemos ser capaces de imponernos ante cualquier adversidad. En Colombia, muchas familias viven en situaciones similares o hasta peores de las que actualmente se encuentran las familias chilenas afectadas por el terremoto. La urgencia es la misma.
Está en nosotros asumir ese compromiso e imponernos ante los obstáculos que se interponen en el camino para lograr las metas propuestas para este año, que no son otras que seguir luchando por una Colombia más justa. Séneca, un filósofo romano, dijo: "No es cierto que no nos atrevemos porque las cosas son difíciles, lo cierto es que son difíciles porque no nos atrevemos". En este año del Bicentenario, atrevámonos a desafiar las adversidades y ojalá que para fin de año, gracias al esfuerzo de todos los voluntarios, ¡cientos de familias colombianas tengan un techo digno donde vivir!
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